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Si en todas nuestras rutas los sentidos disfrutan de cuanto nos rodea, sin duda esta a El Arenal es sobresaliente. Los distintos caminos que nos acercan a esta localidad del sur de Gredos nos muestran bosques de ribera, plantaciones de castaños y cerezos, extensos olivares en terrenos abancalados, en ocasiones con desniveles imposibles. Según curvean los caminos, nuestra vista alcanza a descubrir el Barranco de Las Cinco Villas, las dehesas de la vecina Toledo o las inmensas paredes graníticas de Gredos.

Otra de las maravillas naturales que nos ofrece el sur de la Sierra de Gredos, la Gruta del Águila. Arquitectura subterránea que el paso de los siglos ha moldeado con infinita lentitud y que podemos disfrutar. 

Para llegar a la gruta cruzaremos el barrio judío de Arenas de San Pedro, bordearemos  el castillo del Condestable Dávalos y cruzando el puente medieval de Aquelcabos, cabalgaremos paralelos al río Arenal, afluente del río Tiétar. Bosque de ribera y amplios pinares bordean el camino que desemboca en la Dehesa de Los LLanos, asentamiento que dió origen a la actual Arenas de San Pedro.

Esta ruta siempre tiene algo especial. Es posible subir a la localidad de Guisando por cuatro recorridos diferentes. Según la época del año cada recorrido ofrece matices diferentes, sombras acogedoras en verano, múltiples colores en otoño, frutos variados en primavera, y olor a leña y humo en invierno.

Guisando nos ofrece sus calles estrechas, la arquitectura tradicional con materiales proporcionados por el entorno y técnicas propias de estas tierras.Nos deja ver el paso de su historia y de sus gentes en muchos rincones, generosa en fuentes y en aguas que descienden desde las laderas abruptas de la sierra de Gredos.

Situado en el paso natural entre el valle del Tiétar y las alturas de Gredos encontramos el Barranco de las Cinco Villas , así llamado porque en su extensión se diseminan cinco localidades con título de villa. Todas conservan en mayor o menor medida gran parte de su arquitectura tradicional. Pero lo que es común a todas ellas es su entorno natural, un circo glacial con los imponentes de Villarejo, el majestuoso Torozo sobre el Puerto de El Pico y su calzada romana. Esta situación privilegiada ha creado un entorno natural enormemente variado, al igual que los cultivos, tan diversos como te  puedas imaginar gracias a su microclima y a una tierra generosa y fértil.